Michelle Ayala
Estudiante de ingeniería de software
Universidad Autónoma de Chiapas (México), promoción de 2024
Los personajes de mis apps son como mi familia, cada uno con su historia y su personalidad. Con el Mac y el iPad, tengo las herramientas y la confianza necesarias para darles vida.
Para Michelle Ayala, estudiante de ingeniería de software, el desarrollo de apps es una forma de dar rienda suelta a su creatividad y fomentar las relaciones humanas.
«Para mí, crear apps no es solo tecnología: es un arte que fusiona creatividad y lógica. Me resulta mágico ver cómo una idea cobra vida y, además, deja una huella positiva en alguien», afirma.
Su enfoque único y artístico del diseño de apps la llevó a crear Be Kind, un juego basado en personajes que destaca la empatía y anima a los niños a encontrar formas de ayudar a los demás a través de acciones solidarias y generosas. Esta premisa surge de la infancia de Michelle. Se crio en la pequeña ciudad de Tapachula (México) como hija única y fue testigo de los vínculos que puede llegar a forjar la amabilidad de los demás. También pasaba mucho tiempo dibujando y soñando mundos imaginarios. Según dice, crear personajes la hacía feliz y la ayudaba a no sentirse sola. Y eso es lo que quiere transmitir.
Participó en el Swift Student Challenge con Be Kind en 2024. Le gustaban las diversas ideas y trayectorias de ganadores anteriores, y sus compañeros del Swift Coding Club de la universidad la animaron a apuntarse. Para su sorpresa, su app acabó siendo una de las ganadoras.

Michelle descubrió su pasión por la programación en el Swift Coding Club. Allí aprendió los aspectos básicos del desarrollo de apps y descubrió que la programación era la forma perfecta de combinar su amor por el arte con la tecnología. Rodeada de mentores, descubrió el Mac, el iPad y la programación con Swift, lo que le permitió potenciar su creatividad de formas que nunca habría imaginado.
El Swift Coding Club es un entorno muy favorable, lleno de personas apasionadas que tienen muchas ganas de aprender y crear apps para iOS. Gracias a esta comunidad, programar resulta aún más gratificante. El club es como mi segunda casa.
Michelle sigue mejorando sus habilidades y superando los límites de su imaginación mientras trabaja con sus dispositivos Apple en cada fase del proceso de desarrollo. Tras dibujar sus personajes con lápiz y papel, los pule en Adobe Illustrator con el iPad y el Apple Pencil. Después, para darles vida, esboza el recorrido del usuario en Freeform en el iPad y programa en Xcode en el Mac.
«Pasarme al Mac ha mejorado mucho mi método de trabajo», explica Michelle. «Es rápido y fiable. Y me deja diseñar personajes increíbles gracias al brillo y la claridad de los colores. Poder cambiar tan fácilmente entre el Mac y el iPad hace que crear y programar sea muy fácil y divertido para mí.»

El diseño de apps ya le está abriendo nuevos horizontes a Michelle. Hace poco, salió de Tapachula por primera vez cuando voló a Monterrey (México) con el Swift Coding Club para participar en la competición Hackathon Swift Change Makers. En menos de 48 horas, su equipo desarrolló apps para problemas reales del mundo empresarial mediante Swift en el Mac, y consiguió el premio al mejor prototipo.
«Formar parte de la comunidad de Swift significa que puedo ayudar a personas de todo el mundo y conectar con ellas. Para mí, es un privilegio combinar mi amor por el arte y el diseño con la tecnología, salir de mi zona de confort y conocer gente nueva. Me emociona todo lo que está por venir.»