Ruoshan Li
Estudiante de trabajo social
Shanghai Business School (China), promoción de 2025
La programación es una forma de crear soluciones que pueden tener un impacto positivo en la sociedad.
La solidaridad es el motor que impulsa a Ruoshan Li. Durante toda la secundaria, fue voluntaria en su comunidad local y vio cómo su tiempo y dedicación podían marcar la diferencia para quienes más lo necesitan. Estas experiencias la llevaron a estudiar Trabajo Social en la universidad, donde se ha propuesto ayudar a personas vulnerables, sobre todo a niños y jóvenes.
Durante su primer año en la Shanghai Business School, Ruoshan empezó a explorar cómo la tecnología podría hacerle llegar a más gente como futura trabajadora social. Cuando un profesor le sugirió que se planteara desarrollar apps, se unió al Swift Coding Club. Sus compañeros del club la animaron y le mostraron que las apps pueden aportar un granito de arena a la sociedad en diversos ámbitos, desde la educación hasta la atención sanitaria. Aunque nunca había probado a programar, descubrió que transformar sus ideas en apps era fácil y divertido con Swift en el Mac.
Aprender a programar ya forma parte de mi filosofía del trabajo social. Creo que el desarrollo de apps es una forma práctica de marcar la diferencia.

La primera app de Ruoshan, Deep Blue Tangram, combina rompecabezas con tecnología de realidad virtual para ayudar a desarrollar la capacidad de resolver problemas y las habilidades motoras finas. Esta app lúdica nació de sus prácticas de trabajo social con niños desfavorecidos y con sus propios primos, a quienes les encantaba aprender a través de juegos y actividades creativas. La presentó al Swift Student Challenge en 2024 y consiguió ser una de las 50 ganadoras distinguidas.
«Me di cuenta de que participar en el Swift Student Challenge no era solo una forma de mostrar mis habilidades técnicas, sino una oportunidad para crear algo útil», afirma. «Programar con Swift me ha permitido transformar teorías y entornos conceptuales en herramientas prácticas para la vida real que pueden ayudar a los demás.»
Gracias a la potencia y versatilidad del Mac, Ruoshan puede pasar fácilmente de la programación a sus clases de Ciencias Sociales sin perder el hilo. Crea prototipos de sus apps con Figma, diseña los elementos en Adobe Photoshop y les da vida con Swift en Xcode. En sus estudios de Trabajo Social, usa Keynote para componer presentaciones y Noteful para hacer anotaciones en materiales.
Ruoshan sigue pasando la mayor parte de su tiempo libre en el Swift Coding Club, donde comenzó todo, pero ya no se limita a diseñar apps. El club es una comunidad muy unida en la que estudian juntos, juegan y organizan cenas en las que todos aportan algo. Ahora que ya es una veterana, Ruoshan ha cerrado el círculo: orienta a jóvenes aficionados y enseña programación a niños de primaria y estudiantes de zonas desfavorecidas.

El día de mañana, Ruoshan aspira a encontrar una trayectoria profesional que combine su pasión por el trabajo social con sus habilidades de programación. Espera aprovechar los contactos internacionales que ha ido haciendo a través del Swift Student Challenge y está especialmente interesada en emplear la tecnología para dar voz a los más débiles.
«Creo que usar las herramientas que tenemos a nuestro alcance para ayudar a quienes más lo necesitan es una responsabilidad moral», señala Ruoshan. «Lo que nunca fui capaz de prever es lo mucho que iba a llenarme ayudar a los demás.»